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Peor que pollitos

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Como pollos encerrados en javas de plástico a modo de maleta, las más de diez ventanas selladas. Empezaba a respirar lento, mis fosas nasales se miraban con las axilas de los demás pollos. De pronto el semáforo: ¡Verde, verde! Así lo tomó el chofer que se computaba Schumacher pisando el acelerador y los pollos nos agarrabamos fuerte de donde pudiesemos.

No siempre tomo el bus, suelo utilizar mi propia movilidad para ir al trabajo pero hoy un relajo me llevo al mismo paradero en el que toda la granja espera. Todos apuntabamos el pico hacía el mismo lugar por donde llegara el pollero, todos nos inquietamos cuando lo ven llegar . Yo no pierdo el tiempo trato de calcular con mi física básica la distancia, la velocidad y la posición en la que debo ponerme para que una de las puertas del bus se abra cerca a mi.

Mi sentido arácnido me dice que todos los pollitos correrán para subir. ¡Eeepa! calcule bien subi con tranquilidad no estaba tan lleno detrás venían unos cuantos y nos acomodamos. Todo bien hasta ahí, siguiente paradero “botica Venus”, aunque ahora es un tragamonedas, frena en seco y todos probamos las leyes de las que hablaba el desaparecido Newton en física, la inercia es la propiedad de los cuerpos de resistirse al cambio del movimiento.

Curiosa situación puede resultar educatica luego de la movida de cuerpos todos los “afortunados” que dormían sentados despertaron y por ambas puertas del bus más pollos, pollotes, gallinotas, que gallinas tan bonitas todos se acomodaban como podían.

Ahora si estaba más que apretado pero alcanzó espacio para que las puertas se pudieran cerrar, malditas puertas, ya no había corrientes de aire puro si no hasta la próxima parada, todo cerrado, pollos prisioneros solo mi cabeza podía girar sin poder acercarme a una ventana y abrirla, uso toda mi humilde fuerza y es como en los pesadillas que todo es inútil es una maldición que me sigue nunca puedo abrir pinches ventanas.

En fin parece que solo yo era el único que quedaba sobrio porque el resto parecía indiferente, ya estaban dopados o muertos, resultaba ser como una cocina con aromas tan distintos y hay veces en las que todo va bien si al menos entra aire. Sumamos las frenadas del piloto frustrado, ¡Auch! Quién me pisooo…(teniendo en cuenta mi tamaño esto podría resultar un chiste) esta es una de las razones por las que no lustro mis zapatos.

Increíblemente ante todas las samaqueadas en el bus y nadie decía nada, claro ya estaban muertos, yo no sabía si tratar de llegar a la ventana más próxima o llegar hasta Schumacher y felicitarlo con el respeto que se merece empezar con su mamá y terminar con un pez weon pero estaba apretado, chancado, punteado, mareado y casi dopado solo el sonido de mi mp3 me mantenía en pie:“…It's a long way to the top if you wanna rock 'n' roll…”

Las preguntas vienen a mi cabeza, subimos no importa si esta lleno el condenado bus, solo nos importa llegar a tiempo a que precio es lo de menos, dicho sea de paso el cobrador era tan cachoso que pedía pasaje. No subir a un bus o combi que esta repleto es pedir mucho, teniendo en cuenta que el reloj no perdona entonces no importará si vas en el techo o como bandera flameante, colgado de una de las puertas.

Sin embargo pienso que esta iniciativa debería partir de quienes ofrecen el servicio es decir que si ya esta lleno, no repleto, ya nadie más sube así el pasajero deberá aguantarse y esperar el próximo bus, aunque también suena difícil pero no imposible que la policía sancione al bus que meta demasiados pollos en su bus. Educación vial tal vez, bueno se lo comentare a Gonzalo Alegría o a Villarán no ha Lourdes porque seguro que mi idea le llega al poto.